Como mujeres jóvenes que somos, una vez decidamos vivir la castidad en
nuestro noviazgo, habrá que establecer límites y evitar situaciones que nos
lleven a manchar estar virtud, para así llegar realmente puros al sacramento
del matrimonio. Por ello, en este artículo os dejaré algunos consejos que os
servirán para lograr este propósito en obediencia y amor al Señor:
1. Ora y acude a Misa en compañía de tu
novio
La oración junto al sacramento de la Eucaristía es
primordial para vivir la castidad en el noviazgo. Deben intentar rezar
continuamente para mantenerse puros y ser fuertes ante las tentaciones. También,
muchos novios católicos hoy en día asisten juntos a Misa como una forma de
encontrar apoyo espiritual y mayor unidad en su relación. La confesión
frecuente a su vez, les ayudará a levantarse de otros pecados contra la pureza (masturbación,
pensamientos impuros, etc.) que puedan ir surgiendo en este camino de castidad
prematrimonial.
2. Evita estar a solas con tu novio
Una pareja de novios en un lugar cerrado, como una
habitación o una casa sin otros miembros de la familia a su alrededor es
prácticamente una bomba de relojería. Por ello, deberán evitar este tipo de ocasiones
tentadoras y realizar solo estas visitas, cuando se encuentren familiares
adultos (católicos practicantes o maduros en la fe) que les supervisen y puedan
controlar mejor cualquier comportamiento sospechoso en la pareja.
3. No acudas a lugares que te tienten a caer
Las discotecas no son sitios adecuados para los jóvenes que intenten
preservar la castidad y otras virtudes afines, debido al mal ambiente que se
vive en ellas como los tragos, la oscuridad, los ritmos sensuales, la falta de
pudor, etc. También los parques solitarios o asistir a fiestas hasta altas
horas de la noche pueden ser peligrosas. Por último, evita las salidas a playas
o piscinas, salvo se trate de un paseo familiar y que ambos cuiden las formas
así como la modestia en el traje de baño.
4. Establece barreras en las demostraciones de amor
Crystalina Evert,
evangelizadora católica en su libro Como encontrar a tu alma gemela
sin perder tu alma, nos dice al
respecto: “Establece límites
claros. Por ejemplo, no caricias íntimas o recostarse juntos. Los antiguos
libros sobre la castidad recomiendan que las parejas eviten los “arrumacos”.
Siempre nos ha divertido el término porque hace sonar al novio como un
cachorrito, pero hay cierta sabiduría allí. Mantén tus expresiones de afecto
sencillas, porque mientras más lejos llegues, más lejos querrás llegar.”
En
línea con lo que enseña Crystalina, yo aconsejo evitar besos y abrazos
apasionados, caricias seductoras o comportarse demasiado pegajosos en los
encuentros que se tengan como novios. También, ayuda el no limitarse sólo al
cariño físico, sino intentar demostrar amor a través de otros detalles como
cartas románticas, regalos originales, poemas, canciones, sorpresas, etc. Enfocar
el enamoramiento a un plano más sentimental y espiritual, evita caer con mayor
éxito, en las tentaciones carnales.
5. Busca hacer actividades religiosas, sanas y en grupo
Es importante que la pareja de novios, lleve una vida participativa en la
Iglesia, así podrá tener un mayor apoyo espiritual tanto de sacerdotes como de
otros jóvenes laicos que aspiren a lo mismo. Las actividades formativas y
religiosas que ofrecen las parroquias o carismas a los grupos juveniles, son
idóneas para vivir esta etapa y algunas incluso sirven como preparación para el
sacramento del matrimonio.
6. Formaliza la relación con miras a un matrimonio cercano
Un noviazgo eterno no es una buena señal para lograr una relación exitosa.
Se saben de muchos casos que cuando la pareja tarda mucho tiempo en
comprometerse, son más propensas a faltar a la castidad que una que lo hace,
aún incluso con los cuidados necesarios. Por otro lado, algunas decaen en
infidelidad o ruptura debido a la rutina o falta de emoción de los primeros
años. Tampoco es recomendable un noviazgo demasiado corto y precipitarse al
casamiento, ya que muchas veces no se tiene la suficiente madurez o no se ha
conocido bien a la otra persona. Sin embargo, esto último no debe ser pretexto
para alargar demasiado esta etapa y más si hay tentaciones de por medio. Una
buena forma de saber el tiempo recomendable para llegar a ello, es asesorarse
con un sacerdote o buen director espiritual.
Yasmín Oré
Sigue mi blog en instagram para estar actualizada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario