Muchas jóvenes hoy en día, se preguntan el por qué la iglesia
enseña que se deba vivir la virtud de la castidad en el noviazgo, pues
consideran es sólo una estricta limitación a la libertad para mostrar afecto
entre dos personas que se aman y que la práctica del sexo también forma parte de
estas demostraciones, por lo que no habría que esperar hasta el matrimonio.
Sin embargo, la realidad demuestra otra cara, pues cada vez son
más las parejas que practican sexo extramatrimonial y estas suelen ser menos
duraderas en sus relaciones y otras ni siquiera llegan a consolidar el
compromiso del matrimonio, debido a que los sentimientos son dejados de lado y
el centro de sus vivencias se reduce solo al acto carnal, tendiendo muchas
veces a la falta de amor y a la infidelidad.
¿Qué nos dice la iglesia
sobre la castidad?
El Catecismo de la Iglesia Católica en varios numerales nos habla
y profundiza sobre esta virtud, de los cuales solo mencionare algunos:
2341 La virtud
de la castidad forma parte de la virtud cardinal de la templanza, que tiende a impregnar de
racionalidad las pasiones y los apetitos de la sensibilidad humana.
2345 La castidad es una virtud moral. Es
también un don de Dios, una gracia,
un fruto del trabajo espiritual (cf Ga 5,
22). El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del
bautismo, imitar la pureza de Cristo (cf 1 Jn 3, 3).
2348 Todo bautizado es llamado a la castidad.
El cristiano se ha “revestido de Cristo” (Ga 3, 27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su
estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se
compromete a dirigir su afectividad en la castidad.
2350 Los novios están llamados a vivir la
castidad en la continencia. En esta prueba han de ver un descubrimiento del
mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la esperanza de recibirse el
uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo del matrimonio las
manifestaciones de ternura específicas del amor conyugal. Deben ayudarse
mutuamente a crecer en la castidad.
Los
Santos también nos dan algunas orientaciones sobre ella:
"Si queremos guardar la más bella de todas las
virtudes, que es la castidad, hemos de saber que ella es una rosa que solamente
florece entre espinas; y, por consiguiente, solo la hallaremos, como todas las
demás virtudes, en una persona mortificada" (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la penitencia).
"Hace falta una cruzada de virilidad y de pureza
que contrarreste y anule la labor salvaje de quienes creen que el hombre es una
bestia."(SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Camino 121).
"Solo el hombre y la mujer casta son capaces del verdadero amor ". (SAN JUAN PABLO II)
¿Qué consecuencias puede traer el faltar a esta
virtud en el noviazgo?
El
faltar a la virtud de la castidad en el noviazgo, puede traer penosas
consecuencias no solo en el aspecto espiritual, sino también biológico,
psicológico y hasta social. Entre algunas de ellas tenemos:
En
lo espiritual, se produce un
alejamiento de Dios y de la vida sacramental-eclesial, ya que la persona es
consciente que ha vulnerado este mandamiento y ha cometido el pecado de
fornicación (sin deseos de arrepentimiento), abandona la práctica de la misa
dominical, la confesión y cualquier tipo de participación en la comunidad
parroquial. Este es el caso más común de muchos jóvenes, que una vez iniciada
su vida sexual fuera del matrimonio ya no se consideran católicos o viven la fe
a su propia manera.
En
lo biológico, algunas jovencitas debido
a la práctica sexual temprana, pueden desarrollar frigidez en épocas
posteriores. También se producen los embarazos no deseados, pues, aunque la mayoría de los
novios recurren a la anticoncepción (añadiendo una mayor gravedad a su pecado
de fornicación), y ya sea por descuido o falla de los mismos métodos
anticonceptivos, en muchos casos el embarazo es inevitable. Otras en cambio, a causa de la inestabilidad amorosa o
promiscuidad, son foco seguro de enfermedades venéreas al quedar contagiadas
por sus parejas.
En
los sicológico, se da una centralidad al goce sexual que se deja de lado el plano afectivo y espiritual
de la relación. También provoca una especie de esclavitud o desigualdad entre
la mujer y el varón, pues
nadie puede negar que en las relaciones prematrimoniales quien lleva la peor
parte es la mujer. Esta al perder la virginidad, se siente
subordinada al novio que busca tener relaciones cada vez con mayor frecuencia;
no puede decirle que no, porque tiene miedo que él la deje, reprochándole que
ella ya no lo quiere. En
otros casos, surgen temores de
infidelidad o miedo a que la pareja pueda encontrar mejores satisfacciones
sexuales con otras mujeres, temor al embarazo no deseado, baja autoestima, inclinaciones
homosexuales por decepción, etc.
En
lo social, se producen los
casamientos precipitados que en algunos casos pueden decaer en ruptura, por
carecer de la debida madurez para enfrentar esta nueva etapa. También a causa
de los embarazos no deseados y abandono de la pareja que no asume la
responsabilidad, surgen las familias monoparentales (madres solteras). En casos peores, debido a la presión social,
familiar e incluso de la misma pareja, muchas recurren al aborto tras
producirse un embarazo no deseado, el cual como sabemos, sería la más grave y
espantosa consecuencia.
Vivir la castidad es un
actor de amor más que una obligación
Por consiguiente, como podemos darnos cuenta, la castidad es un
elemento esencial dentro de la etapa del noviazgo que busca caminar en santidad
y sirve como tiempo preparatorio para el sacramento del matrimonio, el en cual
también se está llamado a vivir esta virtud, pero bajo la figura de la
fidelidad en la pareja.
Guardar la castidad en el noviazgo, debe ser visto como un acto de
amor a Dios y a nuestra pareja, a quien nos entregaremos total e
incondicionalmente al casarnos. No debemos verla por ello como una carga
pesada, una norma rigurosa, sino como decía San Josemaría Escrivá, que, si
decidimos vivirla con firmeza, esta será nuestra corona triunfal.
Sigue mi blog en instagram para estar actualizada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario