Este tema sé que es poco tratado entre los fieles
de la iglesia y que muchas veces se considera hasta una especie de “tabú”,
debido a que se piensa que ya no es necesario hablar de esto o que se
sobreentiende. Sin embargo, se han dado y se siguen dando casos de escándalos
de sacerdotes que faltaron a su promesa de celibato por una mujer. Es una
triste realidad que no podemos negarla, pero si ayudar a evitarla con una
adecuada formación. Por gracia de Dios, tenemos Santos y buenos pastores que
nos dan ciertos consejos de cómo comportarnos con los consagrados y tener la
adecuada prudencia para no ser presos de las tentaciones y muchos menos del
escándalo. Con respecto a esto, hay un dicho muy conocido que enseñaban algunos
santos refiriéndose a este tipo de relación y es: “Entre Santo y Santa pared de
cal y canto”.
Los siguientes consejos que os daré a continuación va dirigido a toda mujer laica pero de manera especial a aquellas que tenemos una
vida participativa dentro de la Iglesia como colaboradoras de la liturgia,
catequistas, misioneras, coristas, etc. con la finalidad de buscar cooperar con
la santidad de nuestros pastores en cuanto al celibato, ya que debemos saber
que no depende de ellos solamente, sino
también es tarea de nosotras saber respetar a estas personas escogidas por Dios
para este ministerio sagrado.
Antes de ello, veo necesario responder a la
siguiente interrogante que se da mucho, tanto fuera y dentro de la iglesia, la
cual es:
¿Es cierto
que la causa del por qué se ven estos escándalos, es el Celibato impuesto por
la Iglesia y que debería abolirse?
No, el celibato no es la causa de esto, ni tampoco
como dicen sus detractores es algo antinatural. Nosotros hemos visto la vida de
muchos Santos (San Pablo, Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Asís, etc.) y
buenos Sacerdotes, Obispos, Papas que lo
practicaron y nunca se les vio señales de represión o locura. El vivir el
celibato es un don que te otorga Dios para vivirlo, que lleva consigo sacrificios,
similar a la fidelidad en el matrimonio, como es sabido tampoco es nada fácil
ser fiel en el matrimonio, requiere de ciertos cuidados que no sólo dependen de
los cónyuges sino también de Dios porque si la pareja termina por alejarlo del
todo en su relación podrían caer fácilmente en la infidelidad. De la misma
manera ocurre con un consagrado porque si se aleja de la oración, de las normas
eclesiásticas y de otras virtudes, su castidad podría verse manchada.
"Porque
hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron
tales a sí mismos por el reino de los cielos. Quien pueda entender, que
entienda”. (Mt 19, 10- 12).
Consejos para actuar correctamente con los sacerdotes y demás consagrados del sexo opuesto
Consejos para actuar correctamente con los sacerdotes y demás consagrados del sexo opuesto
1) Lo primero y más importante es orar por ellos,
recordemos que son humanos como nosotros y no santos, aunque lo segundo sea su
finalidad. Además, que, por haber entregado su vida a Dios, se ven vulnerables
a muchas tentaciones, quizá mucho más que un laico pues nosotros estamos en el
mundo y podemos disfrutar de más placeres y distracciones. Ellos no, y por eso
necesitan mucho de nuestras oraciones, así que no nos olvidemos de pedir por cada
uno de ellos y dedicar algunos Rosarios para darles más fuerzas.
2) Nuestro trato no puede ser igual que con otras
personas seglares sino siempre debemos mostrarles respeto. Personalmente yo
siempre intento tratarles de usted y llamar "Padre” a los sacerdotes,
“fray” en caso de un fraile o “hermano” en caso de un misionero consagrado.
Aunque entiendo a veces dependa del lugar o cultura. Aquí en España en algunas
zonas se acostumbra a utilizar el "Don" delante de su nombre por más
joven que sea el sacerdote o consagrado. Tutearles lo considero como un grado
de confianza excesiva e innecesaria. Siempre se nos enseña que debemos ver en
los consagrados plasmada la figura de Cristo y creo no se nos ocurriría
dirigirnos a Él con ese trato tan irreverente. Posiblemente existan personas
que hagan lazos de amistad más profunda, pero siempre esa relación debe estar
enfocada a un apoyo fraternal o guía espiritual.
Una recomendación que escribió Juan Pablo II en
su carta a los Sacerdotes de 1995 estableció la correcta relación entre la
mujer y el sacerdote:
"Así
pues, las dos dimensiones fundamentales de la relación entre la mujer y el
sacerdote son las de madre y hermana. Si esta relación se desarrolla de modo
sereno y maduro, la mujer no encontrará particulares dificultades en su trato
con el sacerdote. Por ejemplo, no las encontrará al confesar las propias culpas
en el sacramento de la Penitencia. Mucho menos las encontrará al emprender con
los sacerdotes diversas actividades apostólicas. Cada sacerdote tiene pues la
gran responsabilidad de desarrollar en sí mismo una auténtica actitud de
hermano hacia la mujer, actitud que no admite ambigüedad. En esta perspectiva,
el Apóstol recomienda al discípulo Timoteo tratar "a las ancianas, como a
madres; a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza" (1 Tm 5,2).
3) No ejercer conversaciones mundanas o frívolas. A pesar que estamos viviendo una época muy materialista y liberal no podemos caer en la tentación de realizar conversaciones frívolas con ellos, como programas de televisión, moda, marcas, viajes de diversión, farándula, cotilleo, etc. Se supone ellos no están enterados o al menos lo correcto es que no lo estén, así que si nuestra conversación se está yendo por ese camino debemos intentar desviarlo al plano espiritual. Si vemos que el consagrado(da) se aburre y sigue insistiendo en querer hablar de esto, cortemos la conversación de inmediato aunque pueda parecerle mala nuestra actitud y si es necesario sincerarnos con ellos y decirle que no vemos bien ese proceder por los motivos ya expuestos. Es una buena forma de ayudar a mantener su espiritualidad en todo momento.
4) Vestirnos modestamente ante ellos pues
recordemos que los sacerdotes son hombres y pueden ser tentados por la vista,
así que presentémonos a ellos como si fuéramos a visitar al mismo Cristo.
5) Evitar bromear demasiado o jugarse con ellos.
Si bien es cierto los sacerdotes y demás consagrados no son robots ni personas
amargadas y también tienen derecho a reírse o hacer bromas, esto no debe ser
excusa para descuidar nuestro trato así que busquemos ser moderados también en
estas situaciones. Algunos de ellos con buena intención de atraer a la juventud
a través de esta actitud terminan descuidando su principal labor pastoral de
maestro o guía. Por ello, cuando esto pase debemos tener cuidado y evitemos
hacer chistes de doble sentido o risas desenfrenadas pues esto les puede
desviar de su espiritualidad e incluso hacernos perder el respeto hacia ellos.
6) Guardar las debidas distancias y evitar demostraciones de afecto efusivas. Aunque podamos estar agradecidas o tomarles cariño por su entregada labor, no significa tengamos que estar abrazándolos, tocándolos o dejar que ellos tomen esas confianzas con nosotras. Esos acercamientos pueden generar tentaciones en ambos, por ello hay que buscar otras maneras de comunicar nuestro afecto. Quizá con palabras cordiales, regalos religiosos o acciones de ayuda en beneficio de él o de la parroquia. Al tomarse fotos con ellos debemos hacerlo también con respeto y guardando las distancias.
7) Cuidado en la correspondencia y mensajes.
Debido a las nuevas tecnologías se ha incrementado el grado de confianza entre
laicos y consagrados a través de los E-mails, SMS, whatsapp, facebook, etc. y
esto también tendrá que tener un control de parte nuestra eligiendo el modo
adecuado. A su vez, la comunicación deberá ser concreta, seria y con mucho
respeto cuidando de esta manera nuestra distancia. Evitar bromear o hablar de
temas muy personales por estos medios.
8) Evitar estar a solas con consagrados del sexo opuesto. Hay muchas personas que solicitan dirección espiritual, entrevistas, orientaciones, etc. Estas son inevitables ya que una de las funciones de ellos es aconsejar al laicado siempre que se cuente con la madurez respectiva para hacerlo. Sin embargo, si se hace en espacios cerrados o en salidas privadas, podría ser peligroso. De preferencia este tipo de orientaciones son menos peligrosas y más provechosas hacerlas en despachos no tan cerrados, espacios abiertos, confesionarios, etc. También las mujeres casadas que evangelizan o recurran a grupos de formación, buscar hacerlo junto a su cónyuge dando un buen ejemplo para otros matrimonios.
Yasmín Oré
Enlaces de interés sobre el tema:
Enseñanzas de San Josemaría para los Sacerdotes
¿Cómo puede relacionarse apropiadamente una mujer con un sacerdote?
Sobre el enamoramiento de mujeres hacia los sacerdotes
La Castidad Consagrada
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Muy buena información, porque hay muchos y muchas laicas que tutean al sacerdote y hasta le dan de palmadas en la espalda pero de forma grosera
ResponderEliminarDe nada hermana, espero pueda compartirlo con mas mujeres de vuestra comunidad parroquial. Dios la bendiga
EliminarMuy interesante la información
ResponderEliminarInteresante todo lo que publica Bendiciones!!
Gracias a ti por comentar en el blog y que te gusten los artículos. Que Dios y la Virgen le bendigan.
EliminarMuy bueno.
ResponderEliminarHay que cuidar a nuestros sacerdotes 🙏
Gracias por vuestro comentario. Bendiciones
EliminarHay que cuidarlos tambien de algunas mujeres que pueden verlos como un desafio un trofeo.
ResponderEliminarCreo que no tienen moral y solo por hacerlos caer sienten sierta satisfaccion.
Creo que puede llegar a suceder que una persona pueda enamorarse de un sacerdote pero es importante reconocer oportunamemte alguna señal de esas para alejarse y no seguir echando mas leña al fuego alimemtando ese deceo.
Hay muchos hombres solteros y buenos que aman a Dios y no son sacerdotes.
Ellos tomaron un camino y es para siempre una como mujer no debe colocarse entre el amor de cristo y el de ellos ..es como sacar a jesus de su trono y sentarse una ...no se lo veo satanico ...
No juzgo pero creo que no esta bien.
Ya si es al contrario creo yo que una buena cachetada una patada en las canillas que les devuelva la fe en Dios y sus promesas no es pecado 🙏
En mi parroquia tratan al párroco de tú y antes de otro párroco le faltaban el respeto en las homilías,y se reían en misas,había una joven que era risa y risa hasta en la comunión!!! Y yo dejé de ir a esa parroquia por cierto. No lo sé ,no por ésto sino que me pareció me estaban engañando!!
ResponderEliminarMuy buen análisis y reflexión +
ResponderEliminarMuchas gracias para gloria de Dios. Dios les bendiga
EliminarExcelente análisis y consejos para todas nosotras las hermanas en general
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